lunes, 27 de junio de 2011

EL GOBIERNO VUELVE A OBVIAR LA FORMACIÓN DE LOS TRABAJADORES

En el decreto-ley sobre la reforma de la negociación colectiva, aprobada por el Consejo de Ministros el 10 de junio, el Gobierno ha desaprovechado una oportunidad para fomentar la formación contínua de los trabajadores. En una ley que contiene casi 11.000 palabras, no aparece ni una sola mención a la formación, demostrando una vez más el Gobierno de Zapatero un entendimiento insuficiente acerca de los ingredientes necesarios para competir en la economía global. 
 
En el siglo XXI, los trabajadores se ven expuestos a múltiples empleos a lo largo de su carrera profesional, y es imprescindible que puedan adquirir nuevas destrezas que les permitan
reincorporarse al mercado laboral si perdieran su empleo. La formación contínua es un elemento esencial de una economía ágil y dinámica, y de interés tanto para los trabajadores como para los empresarios y la sociedad en su conjunto. Centro Democrático Liberal viene admirando desde hace tiempo el modelo danés de mercado laboral basado en el concepto de la seguridad flexible
en el que a cambio de ofrecer flexibilidad a la empresa para contratar y despedir, al trabajador se le ofrece seguridad en sus ingresos económicos, incluso en periodos de desempleo. En ese modelo, ya desde los años 90, los convenios colectivos han de incluir un plan educacional para los trabajadores, y el establecimiento de un Comité de Formación en las empresas con al menos 30 empleados. Si bien esta reforma de la negociación colectiva contiene medidas que CDL apoya, lamentamos que el Gobierno no haya aprovechado esta oportunidad para introducir el concepto de la formación como parte de la negociación colectiva a nivel de empresa y animamos a los interlocutores sociales a que lo incorporen cuando retomen el diálogo social.
 
Por otro lado, el mantenimiento de la ultra-actividad (la vigencia del convenio más allá de su fecha de expiración) es un arma de doble filo, ya que según la reforma del convenio que se quiera realizar hace que una de las partes negociadoras sea rehén de la otra. Habría sido mejor un mecanismo que hiciera que ambas partes salieran perdedoras sin el acuerdo de un nuevo convenio.
 
Con respecto al resto de medidas anunciadas, CDL acoge favorablemente:
- la prioridad que se otorga, para ciertas cuestiones, al convenio de empresa en tiempos de crisis para la empresa, por encima de convenios de ámbito superior, otorgando a los que mejor conocen la empresa - sus gerentes y sus trabajadores - las decisiones, tomadas de manera conjunta, sobre el funcionamiento que mejor garantiza la salud de la empresa y el empleo y la empleabilidad de sus trabajadores,
- la simplificación del sistema en su conjunto, 
- los convenios dirigidos a grupos con perfiles profesionales específicos, 
- la creación de medidas de arbitraje para resolver desacuerdos por vías no judiciales, 
- la agilización del proceso de renegociación, - la creación de un observatorio de la negociación colectiva.  
 
CDL es consciente de que los sindicatos UGT y CC.OO. temen las consecuencias de algunas de estas medidas, pero les anima a superar esos temores, viendo como los sindicatos daneses apoyan desde hace años medidas parecidas. Por último, si sale reforzado en algunas situaciones el papel de los sindicatos y las patronales, no se mejora la representatividad de los parados (en su mayoría jóvenes), los trabajadores no afiliados, los pequeños empresarios y los autónomos. Es preciso que tanto sindicales y patronales modernicen su funcionamiento para hacerse más atractivos para estos colectivos y mejoren su capacidad representativa hasta niveles observados en otros países europeos. Un elemento clave en ese proceso será la despolitización partidista de su funcionamiento.

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