Conócenos


El CDL es un partido social-liberal y progresista, afiliado a la tercera fuerza política de Europa, el Partido Europeo de Liberales Demócratas y Reformistas (ELDR).
Los liberales demócratas de España creemos que los Españoles merecen otra España. Es triste que un pueblo con tanto talento y empuje no sepa liberarlo colectivamente y crear oportunidades para todos. Es la consecuencia de estructuras y sistemas imperantes, no de la persona.
Queremos transformar y suprimir estas limitaciones para dar alas a las personas. Creemos en la persona.


Ser liberal demócrata significa:
  • Vivir con una mentalidad abierta: Descubrir el talento y la pasión de cada uno, crear oportunidades para los jóvenes y para los intelectualmente inquietos, transmitir el valor del esfuerzo personal y del apoyo mutuo entre personas. Respetar los derechos individuales de cada persona: tratar a las personas sin prejuicio respetando sobre todo su derecho a elegir una vida y un destino diferentes al nuestro. Fomentar las identidades múltiples como resultado lógico de la diversidad existente en España, Europa y el mundo globalizado.
  • Entender la educación como pilar del progreso económico y bienestar. Adaptar el sistema educativo al siglo XXI asegurando que cada persona descubra y aprenda las maneras de participar en la inteligencia colectiva y la educación continua que ofrecen las nuevas tecnologías.
  • Abrir España al mundo. En vez de lamentar la globalización por la pérdida de industrias, verla como una oportunidad de participar en un mundo en paz unido por intereses económicos que la garantizan. Asegurar que los españoles hablen idiomas y al igual que fueron protagonistas del Nuevo Mundo puedan serlo de este mundo nuevo. Porello somos europeistas convencidos, y luchamos por la construcción de una Unión Europea que abra camino a las personas.
  • Despertar y fomentar la capacidad de cada persona de tomar las riendas de su vida, de forjar su propia realidad y destino, o bien triunfando como autónomo o empresario, ayudando a crear puestos de trabajo, o bien como trabajador contribuyendo con su talento al desarrollo de la economía y la sociedad.
  • Abrir camino a los emprendedores a cambio de su respeto por las normas sociales, medioambientales y fiscales. Ver al empresario y autónomo luchador, respetuoso de su entorno, como un modelo a seguir. Los tiempos en que grandes industriales hicieron fortuna a expensas de los trabajadores ya han pasado. Ahora son muchos los hijos de aquellos trabajadores que regentan micro empresas y luchan por sobrevivir y pagar mensualmente a sus empleados. Durante muchos años estos emprendedores han creado su propio puesto de trabajo y han generado empleo para otros. A pesar de ello se les penaliza con poca o ninguna protección social, lo que además desmotiva a otros a lanzarse a la creación de una empresa. Los pequeños empresarios se merecen respeto y mayor protección social. Ser consciente de que el bienestar no depende del consumo sino de nuestra manera de pensar y actuar. Un componente importante de nuestra calidad de vida es nuestra capacidad de actuar con generosidad, solidaridad y civismo hacia los demás. Otro elemento es encontrar y utilizar nuestros verdaderos impulsores que liberan todo nuestro talento en el trabajo. Así la felicidad no solo consiste en hacer lo que queremos, si no en la satisfacción de saber que con nuestro talento y esfuerzo hemos aportado algo positivo. Ser consciente también de que no puede haber bienestar sin respetar el planeta que habitamos, y permitiendo la explotación abusiva de sus recursos, y la pérdida de la biodiversidad.
  • Luchar por la igualdad de oportunidades y la justicia social. No todos tenemos los mismos talentos, pero el camino debe estar igual deabierto para todos. Luchamos para que todos podamos transitar por los caminos libremente elegidos, pero partiendo de la idea de que cada persona es única y nadie es igual. No habrá igualdad si no se conocen los caminos entre los que elegir.
  • Confiar en la capacidad de cada persona de buscar la salud, la productividad, la efectividad, y la calidad de vida si se le abre el camino. Estamos a favor de una red de seguridad social que proteja al individuo, pero no pretendemos saber lo que es mejor para cada persona determinada.
  • Ver a la persona no sólo como un agente económico; consumidor, inversor, trabajador, empresario. Hay que ver a la persona en todasu dimensión humana, es decir en su papel de amigo, hermano, madre, colega, abuelo, mentor, profesor, cuidador, y también como habitante de un planeta que comparte con seis mil millones de personas e infinidad de especies, al que debemos un profundo respeto y al que tenemos que proteger.
  • Buscar el equilibrio entre la libertad individual, el libre mercado y la economía por un lado y las responsabilidades hacia el prójimo, el conjunto de la sociedad. La libertad existe porque tenemos conciencia de que formamos parte de una sociedad. Esta sociedad que  nos da libertad, nos exige respeto, solidaridad, servicio, esfuerzo y sacrificio.
  • Defender firmemente los valores democráticos y el equilibrio necesario entre derechos y deberes, frente a aquellos que, beneficiándose de las libertades ofrecidas, no respetan estos valores y este equilibrio denegando los derechos de otras personas u otros colectivos.
  • Luchar por la convivencia entre colectivos y comunidades, fomentando una concienciación democrática, el diálogo y el entendimiento, buscando así puntos de encuentro y soluciones en beneficio mútuo.
  • Saber que los mercados tienen su límite. No todo vale. Apreciamos el carácter de los mercados como mecanismo de apoyo para la economía productiva y árbitro en las finanzas privadas y públicas. Hay que frenar la especulación que convierte cada oportunidad o problema en una burbuja y que no genera riqueza sostenible.
  • Exigir transparencia. Con cada elección los ciudadanos delegan sus poderes en un partido político. Durante unos años, este partido dirige y promueve la acción política, y no sólo manda. El ciudadano es como un accionista que exige total transparencia para poder confiar en sus políticos. Promover una deontología propia, transparente, que demuestre alos ciudadanos cómo piensan y actúan nuestros políticos. Además se requiere un sistema de control para asegurar que cada político aplica las normas internas. En España, demasiados políticos anteponen los intereses privados a los ideales. Esta dinámica favorece el bipartidismo ciego y destructivo, fomenta la falta de transparencia y facilita la corrupción.
  • Fomentar una participación real y una sociedad civil dinámica. La persona en vez de ser utilizada para justificar decisiones políticas ya tomadas, tiene que ser consultada de manera más directa e inmediata. Necesitamos sistemas más participativos que la queja y la denuncia, para sondear las preocupaciones y las preferencias de los ciudadanos y guiar a los políticos. Tener la convicción de que la sociedad más justa es aquella en la que las personas disfrutan de un máximo nivel de soberanía individual distribuido por igual entre todos para proporcionar igualdad de oportunidades. Esto significa que debemos luchar, entre otras cosas, por una verdadera división de poderes, ya que la concentración de cualquier poder casi siempre conduce a una erosión de la libertad. Igualmente, debemos luchar por que las decisiones sean tomadas lo más cerca posible del ciudadano (analizando con rigor los distintos niveles de gobierno – municipal, autonómico, nacional o europeo – para determinar el nivel más apropiado) y facilitando una auténtica participación ciudadana en la toma de decisiones.
  • Luchar por una España que está más integrada en el mundo actual de intercambio y colaboración, de participación y creatividad. En un mundo que conecta personas e ideas con independencia de nacionalidad, origen étnico, raza, religión, sexo o condición social. Un mundo que invita a todos a desarrollar y utilizar sus talentos y a participar.
Juntos luchamos contra la falsedad y por la transparencia, la tolerancia y la diversidad cultural, por un acceso libre y abierto a la información y al conocimiento, por la libertad individual, por la autonomía de cada persona y por los derechos humanos.