jueves, 26 de mayo de 2011

CDL ante el Día de Andalucía

Un día, el 28 de Febrero del año 1980, el pueblo andaluz, no conforme con el estancamiento provocado por largos años de sometimiento, de miseria, de analfabetismo, de atraso social, concluyó gracias a su referéndum estatutario su revolución pacífica. Andalucía, ambicionaba no quedar rezagada en una España que había iniciado, gracias a nuestra joven democracia el camino hacia el cambio que reconocía privilegios de auto gobierno a territorios, también hasta hace poco sometidos a aquel ''una grande libre'' del régimen dictatorial.
Aquella revolución pacífica trataba de conseguir que Andalucía dejara de ser una sociedad olvidada y abandonada a su suerte, los andaluces ambiciosos e inconformistas, reclamaron el enganche a una nueva realidad de progreso e igualdad social entre los pueblos de España, el tren se puso en marcha y el vagón de Andalucía, fue el eslabón que otros territorios utilizaron para concluir en el actual estado de las autonomías. Aquel 28F, no es solo una fecha de celebración para los andaluces, es además una fecha a tener en cuenta en el estado español, aquel día, cambiaron la historia que unos pocos nos trataron de imponer, a partir de este día los andaluces conseguimos algo que anhelábamos durante muchas décadas: tener voz y palabra.  
Nos cuesta imaginar cuál sería la realidad actual de España sin aquel 28F, si bien ahora aún  se habla de territorios de primera y territorios de segunda, muy posiblemente sin aquel histórico logro, los territorios de segunda lo serían ahora de tercera, fue aquella Andalucía ambiciosa el eje vertebrador de una España más solidaria entre los territorios y pueblos de España.
Negar los cambios sociales y económicos que en nuestra comunidad se han producido desde entonces sería negar la evidencia, si bien, al igual que entonces Andalucía, fiel a aquel espíritu del 28F, debe seguir siendo una comunidad de hombres y mujeres inconformistas y ambiciosos, no hemos de consentir desigualdades entre territorios dentro de nuestra comunidad ni entre los pueblos de España, Andalucía es sinónimo de convivencia, de solidaridad y de progreso.
Desde el CDL reclamamos la falta de recursos con las que contamos para demostrar la prosperidad de una tierra tan rica como es la nuestra. Nosotros, como liberales andaluces, queremos una Andalucía semejante a la del pronunciamiento de Rafael de Riego, la Andalucía de Torrijos, de Mariana Pineda y de un largo etcétera de andaluces que forman parte de nuestra historia y que no estarían de acuerdo en ser considerados ciudadanos de segunda, porque no lo son. Este calificativo solo sirve para justificar las desigualdades existentes en el reparto de las riquezas.
Desde el CDL queremos que la lacra del paro, de la precariedad y de la pobreza sean de una vez y para siempre desterradas de nuestra tierra, que  los jóvenes no tengan que emigrar para desarrollar sus capacidades. Lucharemos por una Andalucía, tecnológica  y medioambientalmente sostenible.
Desde Centro Democrático Liberal (CDL) trabajaremos por la llegada de una alternativa política de centro social, progresista, alejada de los intereses partidistas, personalistas y las políticas neo-liberales, donde las personas sean el eje fundamental de la política. Una Andalucía por sí, España y la Humanidad.
CDL-Andalucía

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